Esto escribía ANTONIO ARÓSTEGUI Catedrático de Filosofía, director de la SEPFI, ya en 1955 sobre la eliminación progresiva de la Filosofia de los planes de estudio ( nº 33 de la Revista PAIDEIA).

“Ahora, estos gobernantes de nuestros quebrantos se proponen expulsar la Filosofía del sistema educativo…..y sólo dos motivos los justifican: o porque ignoran el valor formativo de la Filosofía o porque la temen. La democracia ateniense condenó a Sócrates por socavar los cimientos míticos y denunciar la ineptitud de los magistrados. La dictadura soviética fusiló a Nicolás Bujarin por refutar críticamente la política estalinista. Hoy, en la época de los derechos humanos, el furor represivo ya no puede dirigirse contra los filósofos sino contra la Filosofía. Y sin vulnerar los derechos humanos puede ser aniquilada por decreto del sistema educativo, por tortuosos caminos de manipulación legal y social…porque una juventud que en clase de filosofía fortalece el espíritu crítico, aprende a distinguir entre la realidad y la apariencia, entre el argumento verdadero y el sofístico, entre lo que es justo y lo que es injusto …”


Este desaguisado que ya comenzó con la democracia, tiene que corregirse.

La Constitución en el artículo 27 señala que el objetivo estratégico de la educación es el pleno desarrollo de la personalidad humana. Entre esta declaración de objetivos y su realización puede haber una pérdida de credibilidad si insiste en la deshumanización. La premio Príncipe de Asturias de este año de 2013 Marta Nussbaum, avisa del peligro que supone la pérdida de las Humanidades. 

«La educación humanística es el ingrediente más importante para la salud de la democracia”