TALLER DE LECTUURA. UMH:
“RECUERDOS
DE UNA MUJER DE LA
GENERACIÓN DEL 98 “
Carmen Baroja Nessi . Editorial Tusquets. Dic. 1998.
Taller de lectura. 29- Mayo.2012
INTRODUCCIÓN:
En el Suplemento BABELIA, de El PAÍS de hoy. Domingo 23-4-2019, Mª Ángeles Cabré escribe sobre "La hermana desconocida" de Pío Baroja, un libro que Julio Caro Baroja publicó apoyándose en los papeles escritos por su madre Carmen Baroja. Recuerdo que, ya el 29 de Mayo de 2012, en el Taller de Lectura del CLUB SENIOR de la UMH trabajamos el libro que cita MA Ángeles Cabré.
Despertó un gran interés por la
información que nos proporcionó acerca de la
generación de intelectuales que vivieron la guerra civil y por el
posicionamiento de Carmen Baroja, hermana de Pío Baroja, en el problema de la
mujer de aquella época: “...yo era francamente feminista.. “
Los papeles escritos por Carmen Baroja , que encontró su
hijo, Julio Caro Baroja y se publicaron posteriormente, están muy unidos a las
casas, sobre todo en Madrid, donde discurre su vida, marco de la
vida familiar, la casa de
la calle de Alarcón, porque los papeles escritos en la casa de la calle
Mendizábal durante su juventud, desaparecieron junto con la casa, a
consecuencia de un bombardeo durante la guerra.
Es una visión pesimista desde un momento de la vida en el que
se ve “con cara de vieja, el pelo blanco,
las manos todas arrugadas y un andar incierto” (pag. 43). Comienza con una autocrítica: “un defecto mío de carácter es la contemplación
y la fiscalización de la propia vida…..la niñez fue amable para mi, la juventud
no, acaso por culpa mía; la edad madura tampoco, la vejez parece que sí, ¡Dios
lo quiera!
Se
queja, sobre todo del “sentido del deber”
que en su casa le imprimen, más a ella que a los hombres, sus hermanos Pio
y Ricardo e incluso después, su marido Rafael Caro Ragio: “una moral muy “a la española”, muy
rígida para mi y muy laxa para ellos”.
EN LA CASA DE LA CALLE MISERICORDIA se aburría con la vida cotidiana que su
madre, “con una cariñosísima incomprensión” le ofrecía, lo que le
provocaba un complejo de culpa y un gran descontento. (pag.55 y ss.). Después de la
muerte de su tia Juana Nessi, casada con Matías, dueño de la panadería “Viena
capellanes” de Madrid, pasaron ellos a regentar la panadería.
Tienen que abandonar la casa de la calle Misericordia por las obras de
remodelación de la Gran
Vía, que se lleva por delante todos los
edificios viejos. Encuentran un chalecito por Arguelles en la calle Mendizábal,
donde han de hacer obras muy
molestas para construir los hornos de la panadería y adecentar la casa. Ella enferma
y recibe los cuidados médicos de su hermano Pío. Azorín, que fue un amigo inquebrantable de Pio, describe muy bien la CASA DE LA CALLE
MENDIZÁBAL. También son muy interesantes
las descripciones que hace Carmen de la educación de los hombres y las mujeres
de la época, …“una educación machista, que condiciona la forma de ser de cada uno” (pags.67-69). Las insatisfacciones que
todo esto producía en una joven como ella, que ambicionaba mucho, le producían infelicidad.
De pronto aparece en Paris, en 1906 con su hermano Pio. Allí
pasaron varios meses, que le sirvieron para adquirir conocimientos de orfebrería, visitar museos… Con los materiales que se
trajo empezó a trabajar el metal y hacer arquetas, consiguiendo ganar una medalla en la Exposición de Bellas
Artes…
“Mi familia no se ocupaba de mis aficiones, únicamente Ricardo, pintor, alguna vez me daba unos consejos”. La
dejaba trabajar en su taller, que no compartían porque era de Ricardo. A pesar
de eso siguió haciendo orfebrería, consiguiendo
una medalla en arte decorativo. Su triunfo le deparó
amistades: Romero de Torres , Penagos, Caro, que sería su
esposo…..
No encontró quien le orientara profesionalmente en sus
aficiones ni un taller para aprender un oficio, por lo que acabó cansándose y
abandonó….
Desde 1913
a 1925, después del matrimonio con Rafael Caro, con el que no se entendía, y de la
pérdida de dos hijos, deja de escribir. Pasados doce años, empieza de nuevo:
son sus mejores años, cuando los Baroja fundan
la compañía de teatro experimental “El
mirlo blanco” en su misma casa, y se crea el “Lyceum club”, una
asociación de mujeres de carácter feminista, al estilo de las de París y
Londres, que fue un desafío para la
sociedad conservadora de aquel tiempo y un escándalo para la Iglesia católica.
Las
representaciones de “El Mirlo blanco” se hacían en su casa, con obras de Valle-
Inclán: “Los cuernos de D. Friolera”; de Ricardo: “Marinos Vascos”; de
Carmen: “La mère Michele”; de Pio etc. Este teatro tuvo mucho éxito y
una gran repercusión social (pag.86). LA CASA DE ITZEA en Vera de Bidasoa era un caserón que Pio había comprado en
1912. Allí fueron a vivir todos, huyendo
de la guerra civil, menos Rafael, su marido, que se quedó en Madrid al frente
de su imprenta. En esta casa fue donde murió su madre. Constituían un núcleo familiar muy unido. Allí pasaron los
años de guerra, donde llegaban atenuados los ecos de la sublevación de los
carlistas, unidos a los nacionales.
Pio,
anticarlista como todos los Baroja, tuvo
que exiliarse a Francia. Carmen, en este
momento colabora con el gobierno legítimo, a pesar del miedo y se reúne con
otras mujeres a cocinar para los soldados del frente (pag158-59), a curar
heridos… nos cuenta las crueldades de las batalla (del monte San Marcial) y los tristes espectáculos de venganzas que
acompañan a las guerras (pag. 161). “La
guerra es igual para todos los que
luchan: sufrimiento y muerte” (pag.167).
Sin ningún dinero, la familia tuvo que
despedir a las criadas y ponerse a cultivar la tierra para poder comer
(pag.174), con la ayuda de su hijo Julito (Julio Caro Baroja) del que estaba
muy orgullosa por sus trabajos en Etnografía. La casa se les llenó de refugiados
militares a los que tuvieron que acoger.
(pag.182).
En
el libro se cuenta que la casa de Mendizábal, en Madrid, fue destruida por las
bombas, y lo que no se destruyó, lo robaron. Carmen se quedó sin sus tesoros de
toda la vida y Rafael, perdió la imprenta .Tuvo que refugiarse en la casa de
una antigua sirvienta, hasta que alquiló un ático enCALLE CASADO DEL ALISAL. Allí,
cuenta cómo Madrid era una ciudad de polvo y suciedad. La casa
estaba llena de polvo y de basura, con
alguna ventana sin cristales tapadas con maderas y cartones. Una casa llena de
trastos rescatados de la casa de Mendizábal.
EN LA CASA DE
LA CALLE DE RUÍZ DE ALARCÓN se cierra el ciclo. Carmen, ya una “vieja” de
sesenta años ¿?, nos cuenta que en esta etapa de su vida está sola y tranquila en su casa, la
definitiva, donde ha logrado reunir todos los recuerdos de la familia y sólo
echa de menos a sus hijos. Se queja de la carestía y escasez de los alimentos.
Lo demás, el lujo, los viajes, no tienen ya importancia. El cariño de sus
hijos, el Arte y la Ciencia
constituyen su verdadera religión.
JUICIO
CRÍTICO:
El tema fundamental del libro es el de la
discriminación de la mujer. Hay muchos textos en el libro que lo evidencian:
“Mi
padre no tenía una mala opinión de las mujeres; únicamente creía ó decía que
las viejas eran todas malas.
Mi
madre, como mujer muy instintiva que era, tenía una gran opinión de los hombres
sólo porque lo eran. De ahí, el creer que mis hermanos tenían derecho a vivir
como les diera la gana. …Así se dio el caso de que Ricardo, hombre de magnífico
carácter, que se hubiera dejado llevar por la mas pequeña indicación,
abandonara la carrera de archivero con la que ya tenía categoría, luego tirara
la panadería de Capellanes, luego los destinos y todo, y se pasara los mejores
años de su vida trabajando en el grabado o en la pintura cuando le daba la
gana, pareciéndoles a todos muy bien lo que hacía; a lo mejor se pasaba años
sin coger el pincel ni la cubeta del ácido, levantándose todos los días a la
una del día, justamente para comer, y acostándose a las dos o las tres de la
mañana, después de haber estado en el café de Levante charlando con los amigos
y oyendo tocar a Corvino y a Enguita.
Los dos (Pío y Ricardo) tuvieron una idea, que, por lo menos a mí, me parece muy española con respecto a las mujeres y a la familia. Era la época del FEMINISMO. Yo era francamente feminista, veía la poca diferencia que había entre los dos sexos. Encontraba a muchos hombres estúpidos, tan estúpidos ó más que las mujeres, y que, sin embargo, gozaban de un sinfín de prerrogativas en todas partes, desde las mismas ideas ancestrales, pasando por la literatura, hasta la iglesia, etc. Esto me sublevaba.”
“Yo pensaba que si las mujeres, empezando por mi…no éramos más inteligentes era por nuestra
falta de preparación, por nuestra falta
de conocimientos “
Platón, en el siglo IV a.c. afirma lo mismo en el libro VI de
la REPÚBLICA: …” en este Estado, las
mujeres, como tienen la misma capacidad de razonar que los hombres, si reciben la misma enseñanza y son liberadas
de cuidar a los niños y de las tareas domésticas…podrían llegar a ser
gobernantes”….
La
concepción de la mujer que trae después Aristotéles
es la de la mujer como “un hombre inmaduro”,
que pasó a la Filosofía posterior y siguió en España hasta la II República. Algunas mujeres como Clara Campoamor, Victoria Kent e incluso la misma Carmen Baroja se empeñaron en defender
sus derechos.
Y
sigue Carmen Baroja: “Además, me
avergonzaba de las estratagemas de las muchachas, y sobre todo de las mamás de
las muchachas para pescar novio, aunque
iba comprendiendo que se trataba con el matrimonio de solucionar
problemas trascendentalísimos, como eran el de la posición social ó el
económico y el de la cuestión sexual y sentimental
Se veían casos en algunas
madres verdaderamente celestinescos, y otros tristes, en donde la familia toda
se sacrificaba para que la hija pudiera estrenar un traje y pudiera ir
arrastrando de la pobre madre por la calle de Alcalá ó de Recoletos a la busca
del novio.. Los señoritos majaderos del paseo no veían en esta tristísima
escena más que el lado grotesco y, con esa grosería callejera, hasta
decían cosas alusivas a la triste pareja de madre e hija.
Por eso yo, como toda ó casi todas las de mi generación,
creíamos a pies juntillas que, en cuanto las chicas tuvieran manera de ser
independientes, cesarían éstas escenas, y las muchachas andarían libres, sin
dedicarse a la vergonzosa caza del novio.
Esta incomprensión la veía también en mis hermanos, sobre todo en Pío, que tenía n gran desprecio
por la mujer deshonrada”. Obra citada,
pags. 67-69.
Esta actitud de las feministas fue
un desafío para la sociedad conservadora y un escándalo para la Iglesia
católica. El club fue clausurado en 1954 “por causas políticas”.
Unos años
más tarde, el reparto de papeles entre hombre y mujer, un modelo que se impuso en España y se consolidó durante
el régimen franquista, arraigó con fuerza en la cultura y usos de los
españoles. Durante 40 años se asignó a la mujer en exclusiva la tardea de
cuidar del hogar, criar a sus hijos y atender las necesidades del marido. Lo
público era ámbito exclusivo de los hombres, cuya función era combatir y
conquistar, y lo privado cuya función consistía en procrear, “la única
misión que la Patria asigna a la mujer
en la reconstrucción de España es el hogar” (discurso
de Pilar Primo de Rivera ante el
Caudillo en Mayo de 1939).
Lo
que vino después ya lo conocemos. Lo importante fue el trabajo de estas mujeres
que nos abrieron caminos. Y lo que hemos conocido gracias al trabajo de investigación de la
escritora Amparo Hurtado, que ha conseguido poner de manifiesto
la colaboración de Carmen Baroja en la lucha por la emancipación de la mujer.