sábado, 27 de abril de 2019

Historia de una mujer de la Generación del 98. Carmen Baroja.



TALLER DE LECTUURA. UMH:



RECUERDOS DE UNA MUJER DE LA GENERACIÓN DEL 98 “

            Carmen Baroja Nessi . Editorial Tusquets. Dic. 1998.

         Taller de lectura. 29- Mayo.2012



INTRODUCCIÓN: 
En el Suplemento BABELIA, de El PAÍS de hoy. Domingo 23-4-2019, Mª Ángeles Cabré escribe sobre "La hermana desconocida" de Pío Baroja, un libro que Julio Caro Baroja publicó apoyándose en los papeles escritos por su madre Carmen Baroja. Recuerdo que, ya el 29 de Mayo de 2012, en el Taller de Lectura del CLUB SENIOR de la UMH trabajamos el libro que cita MA Ángeles Cabré. 

Despertó un gran interés por la información que nos proporcionó acerca de la  generación de intelectuales que vivieron la guerra civil y por el posicionamiento de Carmen Baroja, hermana de Pío Baroja, en el problema de la mujer de aquella época: “...yo era francamente feminista.. 
         Los papeles escritos por Carmen Baroja , que encontró su hijo, Julio Caro Baroja y se publicaron posteriormente, están muy unidos a las casas, sobre todo en Madrid, donde discurre su vida, marco de la vida familiar,  la casa de la calle de Alarcón, porque los papeles escritos en la casa de la calle Mendizábal durante su juventud, desaparecieron junto con la casa, a consecuencia de un bombardeo durante la guerra.       

Es una visión pesimista desde un momento de la vida en el que se ve “con cara de vieja, el pelo blanco, las manos todas arrugadas y un andar incierto” (pag. 43).   Comienza con una autocrítica: “un defecto mío de carácter es la contemplación y la fiscalización de la propia vida…..la niñez fue amable para mi, la juventud no, acaso por culpa mía; la edad madura tampoco, la vejez parece que sí, ¡Dios lo quiera!
Se queja, sobre todo del “sentido del deber” que en su casa le imprimen, más a ella que a los hombres, sus hermanos Pio y Ricardo e incluso después, su marido Rafael Caro Ragio: una moral muy “a la española”, muy rígida para mi  y muy laxa para ellos”.

         EN LA CASA DE LA CALLE MISERICORDIA  se aburría con la vida cotidiana que su madre, “con una cariñosísima  incomprensión” le ofrecía, lo que le provocaba un complejo de culpa y un gran  descontento. (pag.55 y ss.). Después de la muerte de su tia Juana Nessi, casada con Matías, dueño de la panadería “Viena capellanes” de Madrid, pasaron ellos a regentar la panadería. 
Tienen que abandonar la casa de la calle Misericordia por las obras de remodelación de la Gran Vía,  que se lleva por delante todos los edificios viejos. Encuentran un chalecito por Arguelles en la calle Mendizábal, donde han de hacer obras muy molestas para construir los hornos de la panadería y adecentar la casa. Ella enferma y recibe los cuidados médicos de su hermano Pío.                                                                Azorín, que  fue un amigo inquebrantable  de Pio, describe muy bien la CASA DE LA CALLE MENDIZÁBAL. También son  muy interesantes las descripciones que hace Carmen de la educación de los hombres y las mujeres de la época, …“una educación machista, que condiciona la forma de ser de cada uno” (pags.67-69). Las insatisfacciones que todo esto producía en una joven como ella, que ambicionaba mucho, le producían  infelicidad.
         De pronto aparece en Paris, en 1906 con su hermano Pio. Allí pasaron varios meses, que le sirvieron  para adquirir conocimientos de orfebrería,  visitar museos… Con los materiales que se trajo empezó a trabajar el metal y hacer arquetas,  consiguiendo ganar una  medalla en la Exposición de Bellas Artes…
Mi familia no se ocupaba de mis aficiones, únicamente Ricardo, pintor,  alguna vez me daba unos consejos”. La dejaba trabajar en su taller, que no compartían porque era de Ricardo. A pesar de eso siguió haciendo orfebrería, consiguiendo  una medalla  en arte decorativo. Su triunfo le deparó amistades: Romero de Torres , Penagos, Caro, que sería su esposo…..
         No encontró quien le orientara profesionalmente en sus aficiones ni un taller para aprender un oficio, por lo que acabó cansándose y abandonó….       
         Desde 1913 a 1925, después del matrimonio con Rafael  Caro, con el que no se entendía, y de la pérdida de dos hijos, deja de escribir. Pasados doce años, empieza de nuevo: son sus mejores años, cuando los Baroja  fundan la compañía de teatro experimental  El mirlo blancoen su misma casa, y se crea elLyceum club”, una asociación de mujeres de carácter feminista, al estilo de las de París y Londres, que fue un desafío para la sociedad conservadora de aquel tiempo y un escándalo para la Iglesia católica.
Las representaciones de “El Mirlo blanco” se hacían en su casa, con obras de Valle- Inclán: “Los cuernos de D. Friolera”; de Ricardo: “Marinos Vascos”; de Carmen: “La mère Michele”; de Pio etc. Este teatro tuvo mucho éxito y una gran repercusión social (pag.86).                                                                                           LA CASA DE ITZEA  en Vera de Bidasoa  era un caserón que Pio había comprado en 1912. Allí fueron a vivir todos,  huyendo de la guerra civil, menos Rafael, su marido, que se quedó en Madrid al frente de su imprenta. En esta casa fue donde murió su madre. Constituían  un núcleo familiar muy unido. Allí pasaron los años de guerra, donde llegaban atenuados los ecos de la sublevación de los carlistas, unidos a los nacionales.
Pio, anticarlista  como todos los Baroja, tuvo que exiliarse a Francia.  Carmen, en este momento colabora con el gobierno legítimo, a pesar del miedo y se reúne con otras mujeres a cocinar para los soldados del frente (pag158-59), a curar heridos… nos cuenta las crueldades de las batalla (del monte San Marcial)  y los tristes espectáculos de venganzas que acompañan a las guerras (pag. 161). “La guerra es igual para todos  los que luchan: sufrimiento y muerte” (pag.167).  
 Sin ningún dinero, la familia tuvo que despedir a las criadas y ponerse a cultivar la tierra para poder comer (pag.174), con la ayuda de su hijo Julito (Julio Caro Baroja) del que estaba muy orgullosa por sus trabajos en Etnografía. La casa se les llenó de refugiados militares  a los que tuvieron que acoger. (pag.182).
En el libro se cuenta que la casa de Mendizábal, en Madrid, fue destruida por las bombas, y lo que no se destruyó, lo robaron. Carmen se quedó sin sus tesoros de toda la vida y Rafael, perdió la imprenta .Tuvo que refugiarse en la casa de una antigua sirvienta, hasta que alquiló un ático enCALLE CASADO DEL ALISAL. Allí, cuenta  cómo Madrid  era una ciudad de polvo y suciedad. La casa estaba  llena de polvo y de basura, con alguna ventana sin cristales tapadas con maderas y cartones. Una casa llena de trastos rescatados de la casa de Mendizábal.                 
EN LA CASA DE LA CALLE DE RUÍZ DE ALARCÓN se cierra el ciclo. Carmen, ya una “vieja” de sesenta años ¿?, nos cuenta que en esta etapa de su vida  está sola y tranquila en su casa, la definitiva, donde ha logrado reunir todos los recuerdos de la familia y sólo echa de menos a sus hijos. Se queja de la carestía y escasez de los alimentos. Lo demás, el lujo, los viajes, no tienen ya importancia. El cariño de sus hijos, el Arte y la Ciencia constituyen su verdadera religión. 



JUICIO CRÍTICO:

                   El tema fundamental del libro es el de la discriminación de la mujer. Hay muchos textos en el libro que lo evidencian:

         “Mi padre no tenía una mala opinión de las mujeres; únicamente creía ó decía que las viejas eran todas malas.
         Mi madre, como mujer muy instintiva que era, tenía una gran opinión de los hombres sólo porque lo eran. De ahí, el creer que mis hermanos tenían derecho a vivir como les diera la gana. …Así se dio el caso de que Ricardo, hombre de magnífico carácter, que se hubiera dejado llevar por la mas pequeña indicación, abandonara la carrera de archivero con la que ya tenía categoría, luego tirara la panadería de Capellanes, luego los destinos y todo, y se pasara los mejores años de su vida trabajando en el grabado o en la pintura cuando le daba la gana, pareciéndoles a todos muy bien lo que hacía; a lo mejor se pasaba años sin coger el pincel ni la cubeta del ácido, levantándose todos los días a la una del día, justamente para comer, y acostándose a las dos o las tres de la mañana, después de haber estado en el café de Levante charlando con los amigos y oyendo tocar a Corvino y a Enguita.

Los dos (Pío y Ricardo) tuvieron una idea, que, por lo menos a mí, me parece muy española con respecto a las mujeres y a la familia. Era la época del FEMINISMO. Yo era francamente feminista, veía la poca diferencia que había entre los dos sexos. Encontraba a muchos hombres estúpidos, tan estúpidos ó más que las mujeres, y que, sin embargo, gozaban de un sinfín de prerrogativas en todas partes, desde las mismas ideas ancestrales, pasando por la literatura, hasta la iglesia, etc. Esto me sublevaba.”

“Yo pensaba que si las mujeres, empezando por mi…no éramos más inteligentes  era por nuestra falta  de preparación, por nuestra falta de conocimientos “ 
        Platón, en el siglo IV a.c. afirma lo mismo en el libro VI de la REPÚBLICA: …” en este Estado, las mujeres, como tienen la misma capacidad de razonar que los hombres,  si reciben la misma enseñanza y son liberadas de cuidar a los niños y de las tareas domésticas…podrían llegar a ser gobernantes”….
         La concepción de la mujer que trae después Aristotéles es la de la mujer como “un hombre inmaduro”,  que pasó a la Filosofía posterior y siguió  en España hasta la II República.  Algunas mujeres como Clara Campoamor, Victoria Kent e incluso la misma Carmen Baroja se empeñaron en defender sus derechos.  
         Y sigue Carmen Baroja: “Además, me avergonzaba de las estratagemas de las muchachas, y sobre todo de las mamás de las muchachas para pescar novio, aunque  iba comprendiendo que se trataba con el matrimonio de solucionar problemas trascendentalísimos, como eran el de la posición social ó el económico y el de la cuestión sexual y sentimental
Se veían casos en algunas madres verdaderamente celestinescos, y otros tristes, en donde la familia toda se sacrificaba para que la hija pudiera estrenar un traje y pudiera ir arrastrando de la pobre madre por la calle de Alcalá ó de Recoletos a la busca del novio.. Los señoritos majaderos del paseo no veían en esta tristísima escena más que el lado grotesco y, con esa grosería callejera, hasta decían cosas alusivas a la triste pareja de madre e hija.
         Por eso yo, como toda ó casi todas las de mi generación, creíamos a pies juntillas que, en cuanto las chicas tuvieran manera de ser independientes, cesarían éstas escenas, y las muchachas andarían libres, sin dedicarse a la vergonzosa caza del novio.
         Esta incomprensión la veía también en mis hermanos,  sobre todo en Pío, que tenía n gran desprecio por la mujer deshonrada”.  Obra citada, pags. 67-69.



       Esta actitud de las feministas fue un desafío para la sociedad conservadora y un escándalo para la Iglesia católica.  El club fue clausurado en 1954 “por causas políticas”. 
Unos años más tarde, el reparto de papeles entre hombre y mujer, un modelo  que se impuso en España y se consolidó durante el régimen franquista, arraigó con fuerza en la cultura y usos de los españoles. Durante 40 años se asignó a la mujer en exclusiva la tardea de cuidar del hogar, criar a sus hijos y atender las necesidades del marido.  Lo público era ámbito exclusivo de los hombres, cuya función era combatir y conquistar, y lo privado cuya función consistía en procrear,  “la única misión que  la Patria asigna a la mujer en la reconstrucción de España es el hogar” (discurso de Pilar Primo de Rivera  ante el Caudillo en Mayo de 1939).
         Lo que vino después ya lo conocemos. Lo importante fue el trabajo de estas mujeres que nos abrieron caminos. Y lo que hemos conocido  gracias al trabajo de investigación de la escritora  Amparo  Hurtado, que ha conseguido poner de manifiesto la colaboración de Carmen Baroja en la lucha por la emancipación de la mujer.
  


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